Mi hijo no quiere estudiar ni trabajar

No hay motivación para estudiar

Hola, soy padre de un hijo de 21 años que prefiere quedarse en casa, comer, fumar y estar inmerso en juegos electrónicos. Se levanta por la mañana, toma su tazón de cereales y vuelve a la cama. No está motivado para hacer nada más, por ejemplo, seguir estudiando (completó el HSC), conseguir un trabajo ni chicas… Estoy buscando consejos para convertirlo en un consejo productivo. Gracias

Hola @Traveller Tengo un hijo de 18 años con exactamente el mismo comportamiento.    Recientemente me ha dicho una psicóloga clínica esta misma semana que hay que poner límites claros y cumplirlos.    Su consejo fue señalar que o consigue un trabajo y empieza a contribuir a la sociedad y a la familia o se muda y sugirió un marco de tiempo para que esto suceda.    Me aconsejó que cuanto más tiempo permitamos que su comportamiento continúe, menos probable será que haga algo.    Sin embargo, tengo sentimientos reservados acerca de este enfoque y también estoy buscando orientación.

Hola @Traveller pensé que también añadiría que ya no le pago el teléfono móvil y que apago el internet cuando me voy a trabajar, que es sólo tres días a la semana.    Esto no le ha motivado hasta ahora.    Esta semana he comprado un cesto de la ropa para su habitación y le he dicho que ahora tiene que lavar él mismo.    Ya os contaré qué tal le va.    ¿Qué has hecho para motivar a tu hijo?

Mi hijo no tiene motivación para la escuela

Mi hijo no está interesado en estudiar”. Esa es la peor pesadilla de cualquier padre. Los estudios son importantes, y más en nuestro país, donde el sueño de todo padre es que su hijo sea ingeniero, médico o funcionario del IAS. Aunque nuestro sistema educativo actual está muy sesgado y completamente orientado a las notas, no podemos descartar su importancia. Muchos padres tienen que enfrentarse a la falta de interés de sus hijos por lo académico. El niño simplemente no muestra interés por el estudio. Y esto supone un gran problema para los padres. El futuro de cada niño depende de lo bien que estudie, aunque no siempre es cierto, esa es la percepción que tienen todos los padres. Y con razón, diría yo.

  Estudiar oposiciones y trabajar

Se ha equivocado en una suma. Canaliza su cerebro para que piense, tal vez dale unos objetos y pídele que calcule cuántas piezas hay. No le indiques el error, sino deja que lo descubra por sí mismo. Deja que el niño descubra y corrija sus errores, esto también ayuda al desarrollo del cerebro. No le cojas la mano al niño. Deja que aprenda y crezca. Interviene sólo cuando veas que el niño es incapaz de afrontarlo. Empieza explicando el error y desglosándolo para que sea más fácil de recordar. A continuación, dale al niño algunos problemas más para que los resuelva. Aplaude cada intento exitoso y muestra paciencia cuando los intentos fracasen. Vuelve a la pizarra y empieza de nuevo, hasta que tu hijo comprenda el concepto. El niño no debe sentirse agobiado y, al mismo tiempo, debe saber que usted está ahí para ayudarle. Padres bien No te preocupes, harás un buen trabajo. Sólo deja que el estímulo sea un ingrediente clave en tus habilidades como padre. Todo lo demás encaja. No dejes que los fracasos de tu hijo te decepcionen. Todavía está aprendiendo, estate ahí para guiarle, en cada paso del camino. Enséñale cómo se hacen las cosas, pero al mismo tiempo permítele descubrirlas. Ve despacio, sigue el ritmo de tu hijo, pero no esperes que él siga tu ritmo. Vale la pena ser paciente.

  Consejos para estudiar y trabajar a la vez

Mi hijo de 5 años no quiere aprender

Sirva de modelo: Habla de tus propios fracasos y éxitos con tus hijos, mostrándoles que tú también estás involucrado en el proceso de aprendizaje. Si te regañas por los fracasos, ellos también lo harán. Sin embargo, si te ven ser valiente y aprender de tus errores para ser mejor la próxima vez, ellos también lo harán.  Valora los objetivos por encima de las notasUna forma sencilla de invertir en el proceso es establecer objetivos, tanto a nivel individual como familiar. Intenta hacerlo al comienzo de un nuevo curso escolar, a primeros de mes o al inicio de una nueva temporada.    Mantén la discusión ligera y sin presiones. Este proceso no consiste en sacar mejores notas, sino en apoyar el aprendizaje en familia.

Todo el mundo (sí, eso significa también los padres) establece tres objetivos a corto plazo, alcanzables y orientados a tareas y mejoras que estén bajo su control. Por ejemplo, “Voy a sacar todos los sobresalientes este semestre” es demasiado amplio y difícil de controlar. En su lugar, prueba con “Voy a pedir ayuda en matemáticas más a menudo”, “Voy a planificar una sesión de ayuda extra a la semana” o “Voy a practicar mis multiplicaciones tres veces más este mes”.

Mi hijo se niega a estudiar

Tengo dos adolescentes, un chico que está en el instituto y una chica que está en la universidad. Mi hija siempre ha estado motivada y ha sido una gran estudiante. Nunca he tenido que regañarla para que haga los deberes y siempre ha sacado buenas notas y grandes comentarios de los profesores.

Mi hijo es otra historia. Su capacidad de estudio es escasa. No le gusta la escuela y no se esfuerza mucho. Tengo que estar constantemente “encima de él” en cuanto a su trabajo escolar. Le hemos hecho pruebas para detectar problemas de aprendizaje y TDAH, y no tiene ninguno de los dos, aunque las pruebas mostraron que tiene grandes dificultades para prestar atención a cosas que no le interesan.

  Que estudiar para trabajar en una inmobiliaria

Ahora está en segundo curso. Aun así, estoy constantemente “ayudándole” con los deberes, averiguando qué trabajo tiene que hacer, qué exámenes tiene que hacer o qué trabajos puede haber dejado de entregar. Tengo miedo de que no lo haga de otra manera.

Nuestro hijo dice que no quiere que me eche atrás y que quiere que le siga ayudando. Al mismo tiempo, no se muestra precisamente receptivo a mi ayuda en el momento. Suele ser un poco huraño cuando le recuerdo las tareas, y suele poner excusas de por qué no tiene que trabajar en algo. Carece de auto-motivación, y sin que yo le empuje (y le mantenga organizado), temo (1) que pueda sacar peores notas; (2) que no consiga un título universitario; y (3) que esto limite sus perspectivas de trabajo. En definitiva, temo que acabe viviendo en casa hasta su temprana edad adulta, atrapado en el sofá jugando a los videojuegos.

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