Superinteligencia de ritmos binaurales
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Los ritmos binaurales son una forma de estimulación auditiva de los ritmos en la que dos tonos, que varían ligeramente en frecuencia, se reproducen en cada oído, produciendo una ilusión auditiva de un tercer tono. Los ritmos binaurales de determinadas frecuencias tienen un efecto modesto y positivo sobre la memoria, la atención, la percepción del dolor y la relajación.
Los ritmos binaurales son una forma de “estimulación auditiva de los ritmos”, que incluye tanto los monoaurales como los binaurales[1]. Probablemente pueden alterar la abundancia de ciertas ondas cerebrales, lo que puede mejorar o alterar los estados mentales para que los usuarios memoricen mejor, presten atención o se relajen.
Los latidos se forman al reproducir al unísono dos tonos con frecuencias ligeramente diferentes. Un ritmo monoaural se forma cuando estos tonos se combinan antes de ser reproducidos a través de un altavoz, mientras que un ritmo binaural se forma cuando cada tono se reproduce por separado en cada oído, produciendo un tercer tono percibido que es igual a la diferencia entre los dos tonos base. Por ejemplo, un individuo puede tener un tono de 240 Hz reproducido en un oído y un tono de 245 Hz reproducido en el otro, lo que producirá la ilusión de un tercer tono de 5 Hz.
Ritmos binaurales peligrosos
Los ritmos binaurales pueden ayudarte a sentirte más cómodo en diferentes ámbitos de la vida. Son útiles para la prevención, la reducción del estrés y la relajación profunda. Hay muchas pruebas de estudios científicos que demuestran que pueden ayudar a mejorar las habilidades cognitivas, como nuestra capacidad de concentración y memoria. Ciertas frecuencias también pueden dar alas a su creatividad. Pero incluso en estados agudos como la depresión o la ansiedad, los ritmos binaurales -con la frecuencia y duración adecuadas- pueden tener un efecto beneficioso y calmante [1].
En 1839, el físico alemán Heinrich Wilhelm Dove descubrió que una persona percibe latidos acústicos cuando llegan a sus oídos dos sonidos diferentes procedentes de la izquierda y la derecha. Este descubrimiento se denomina “latidos binaurales”. Posteriormente, el biofísico Gerald Oster investigó más a fondo este fenómeno: en 1973 demostró que la frecuencia media, es decir, la diferencia compensatoria entre los dos tonos, es generada por el cerebro. Para que se produzcan los latidos binaurales, la frecuencia del estímulo debe estar en el rango de la actividad eléctrica de las ondas cerebrales, es decir, entre 0,1 y 30 hercios [2].
Meditación con ritmos binaurales
Ya sabes cómo es: te sientas a estudiar o a leer y tu mente divaga y piensa en todo menos en lo que estás tratando de aprender. Lees una página y cuando llegas al final, te das cuenta de que no tienes ni idea de lo que acabas de leer.
Cuando estás realmente alerta, tu cerebro está en lo que se llama estado Beta, lo que significa que las neuronas se disparan rápidamente y producen mucha información. Cuando se ralentiza, pasa al estado Alfa, y cuando se ralentiza mucho y te quedas dormido, pasa al estado Theta y luego al Delta.
Beta requiere mucha energía, así que lo más probable es que, si estás pasando por un momento de estrés, estés usando tanta energía que tu cerebro esté agotado. Cuando esto sucede, tu cerebro intenta pasar al estado Theta. El resultado es una mente cansada que no puede aprender nueva información.
Esto es especialmente cierto si te sientes muy estresado. Sin embargo, existe una tecnología maravillosa que puede poner tu cerebro en el estado Alfa de forma natural – todo lo que tienes que hacer es escuchar algo de música.
Binaural beats wirkung
La música no es sólo un medio de entretenimiento: también puede fomentar la creatividad y ayudarnos a ser más productivos. Escuchar música también puede ser terapéutico, ya que alivia la sensación de estrés y permite concentrarse mejor.
La investigación ha descubierto que ciertos tipos de música pueden ser beneficiosos para nosotros mientras trabajamos. Algunos tipos de música parecen ayudar al aprendizaje y mejorar nuestra capacidad de procesar la información. Otros tipos ayudan a bloquear el ruido de fondo que nos distrae. Y otros tipos se sincronizan con nuestras ondas cerebrales para inducir “momentos eureka”.
Los investigadores llevan mucho tiempo afirmando que escuchar música clásica puede ayudar a las personas a realizar tareas con mayor eficacia. Esta teoría, que se ha bautizado como “el efecto Mozart”, sugiere que escuchar a compositores clásicos puede potenciar la actividad cerebral y actuar como catalizador para mejorar la salud y el bienestar. Varios estudios han confirmado que escuchar música clásica aumenta la capacidad de manipular formas y resolver puzzles espaciales.
Se ha demostrado que escuchar los sonidos de la naturaleza, como el batir de las olas o el murmullo de un arroyo, mejora la función cognitiva y la concentración. Los sonidos de la naturaleza funcionan mejor cuando son relajantes, como el agua que fluye o la lluvia, mientras que los ruidos más fuertes, como el canto de los pájaros o los ruidos de los animales, pueden distraer.