Cómo aprender algo
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Tanto si está estudiando una licenciatura, un MBA o simplemente ampliando su base de conocimientos, estos consejos le ayudarán a sacar el máximo partido a su tiempo de estudio. Descubrimos que no se trata necesariamente de trabajar más, sino de estudiar de forma más inteligente.
Las sesiones de estudio cortas ayudan a las sinapsis de tu cerebro a procesar la información mucho mejor que mucha información en sesiones largas. Intenta reservar 30 minutos antes o después del trabajo para dedicarlos al estudio. Evita pasar toda la noche en vela, empieza a planificar y leer al principio del periodo de estudio y haz un horario de estudio.
Cree el espacio de estudio ideal y reúna todos los libros y artículos que vaya a necesitar. Este tiempo de preparación también prepara el cerebro para el estudio. Además, limita las distracciones: si tienes que escuchar música, elige música melódica sin letra y, por supuesto, deja el teléfono en paz y mantente alejado de las redes sociales.
Se absorbe mejor la información cuando se está alerta, bien alimentado y descansado, y aún mejor después de haber hecho ejercicio. Es importante que te asegures de que has consumido alimentos nutritivos para que tu cerebro se active, como el pescado, los frutos secos, las bayas y el yogur. También vale la pena mantenerse hidratado y levantarse para moverse entre las sesiones de 30 minutos.
Métodos de estudio
Aprender cosas nuevas es una parte importante de la vida: siempre debemos esforzarnos por aprender y crecer. Pero lleva tiempo, y el tiempo es precioso. Así que, ¿cómo puedes aprovechar al máximo tu tiempo acelerando el proceso de aprendizaje? Gracias a la neurociencia, ahora comprendemos mejor cómo aprendemos y cuáles son las formas más eficaces en que nuestro cerebro procesa y retiene la información.
Aunque pueda parecer que escribir tus notas en un portátil durante una conferencia o ponencia será más minucioso, lo que te ayudará a aprender más rápido, no funciona así. Para acelerar tu aprendizaje, prescinde del portátil y toma notas a la antigua usanza, con papel y bolígrafo. Las investigaciones han demostrado que quienes toman apuntes a máquina procesan y retienen la información a un nivel inferior. Los que toman apuntes a mano, en cambio, aprenden más.
Aunque tomar apuntes a mano es más lento y engorroso que teclear, el acto de escribir la información favorece la comprensión y la retención. Reencuadrar la información con tus propias palabras te ayuda a retener la información durante más tiempo, lo que significa que recordarás mejor y rendirás más en los exámenes.
Cómo estudiar de forma inteligente
Yo mismo he sido un estudiante aventajado durante toda mi vida, y ya he completado mi educación formal. A lo largo de mi carrera académica, he utilizado casi todos los consejos para estudiar de forma inteligente que se describen en este artículo, por lo que puedo comprobar que funcionan.
Las investigaciones (Willis, J. 2008) demuestran que los distintos medios estimulan diferentes partes del cerebro. Cuantas más áreas del cerebro se activen, más probable será que entiendas y retengas la información[1].
Por ejemplo, si estás preparando exámenes de matemáticas, historia, física y química, es mejor que estudies un poco de cada materia cada día. Este enfoque te ayudará a aprender más rápido que si te centras sólo en las matemáticas el lunes, la historia el martes, la física el miércoles, la química el jueves, etc.
El intervalo óptimo de repaso varía en función del tiempo que quieras retener la información. Pero la experiencia -tanto la mía como el trabajo con estudiantes- me dice que los siguientes intervalos de repaso funcionan bien (en este artículo explico todo el sistema de repaso periódico):
Cómo estudiar eficazmente para los exámenes en poco tiempo
Cuando era adolescente, Faria Sana solía subrayar los libros con rotuladores. “Se suponía que los colores me decían cosas diferentes”. Más tarde, recuerda, “no tenía ni idea de lo que se suponía que significaban esos textos resaltados”.
También tomaba muchas notas mientras leía. Pero a menudo “sólo copiaba las palabras o las cambiaba de sitio”. Ese trabajo tampoco ayudó mucho, dice ahora. En efecto, “era sólo para practicar mi caligrafía”.
“Nadie me enseñó a estudiar”, dice Sana. La universidad se hizo más difícil, así que trabajó para encontrar mejores técnicas de estudio. Ahora es psicóloga en la Universidad de Athabasca, en Alberta (Canadá). Allí estudia cómo los estudiantes pueden aprender mejor.
Estas condiciones pueden distraer de sus lecciones. Además, es probable que los estudiantes tengan que hacer más cosas sin un profesor o unos padres que les vigilen. Tendrán que gestionar su tiempo y estudiar más por su cuenta. Sin embargo, muchos estudiantes nunca aprendieron esas habilidades. Para ellos, dice Sana, puede ser como decirles a los alumnos que aprendan a nadar “sólo nadando”.